Susana aseguró que la atención que se presta desde la Fundación La Merced Migraciones a los usuarios es "integral" y centrada en la persona. Una de las prioridades para los chicos que llegan, en ese sentido, es el idioma. La razón, que es una herramienta con la que su integración se facilita de cara a otros procesos, como la regularización de su situación, el acceso a un empleo y, sobre todo, la convivencia en el día a día de la casa y de la ciudad. Destacó la ayuda de las personas voluntarias y del trabajo en red contras entidades para llevar a cabo esta labor.
"A nosotros nos da igual el país, la religión, el color de piel. Trabajamos en red con otras entidades y van a clases de español, tenemos voluntarios que vienen a darles apoyo y a aprender español. Aprenden muy rápido. Entre ellos mismos también se apoyan. Cuando llega un chico nuevo, le enseñan el funcionamiento de la casa", afirmó en la entrevista.
La labor de la Fundación La Merced Migraciones está centrada en la persona, pero también en la sociedad. El trabajo en derribar prejuicios o en poner en valor la diversidad también se está concretando.
El pasado mes de octubre se celebró - en colaboración con el Ayuntamiento de Valladolid, la Fundación Pluralismo y Convivencia y Red Íncola - la primera edición de #ValladolidPlural. Esta iniciativa, enmarcada en el proyecto SALAM de La Merced, ofreció a los participantes un itinerario por los lugares de culto de diferentes confesiones religiosas que conviven en la ciudad. "El objetivo que buscamos es favorecer que haya una sociedad plural, desmontar mitos y, sobre todo, que podamos todos compartir y convivir", apuntó Susana.
Además de la presencia local en el Consejo municipal de personas inmigrantes de Valladolid y en el Consejo social de la victoria y la Overuela, otros proyectos con recorrido ya en Madrid están arrancando en Valladolid, como son los casos de Diver S.A. y Mediación Sociosanitaria.