Estamos convencidos de que esta situación y la actitud de la UE atenta contra los valores esenciales de Europa, como la solidaridad y la fraternidad, sino que también son contrarios a los valores del Reino de Dios, como la justicia, la acogida, y la caridad.
Hace pocos días el Papa se pronunciaba ante esta ola de violencia pidiendo a la comunidad cristiana adoptar una actitud de denuncia y oración por “la situación de tantos refugiados, hombres, mujeres, niños expulsados de sus casas por las guerras, tantos migrantes que piden refugio y ayuda en el mundo”. La situación, decía el Papa, “se ha vuelto muy grave; recemos por ellos”, así lo pedía en el rezo del Ángelus, manifestándose muy entristecido.
El Consejo Asesor de CONFER Migraciones, que trabaja por el cuidado de los migrantes y refugiados por medio de diferentes instituciones y organizaciones religiosas, pero también sintiéndose parte de la sociedad civil, rechaza la violencia y la muerte de hombres, mujeres y niños que intentan buscar y alcanzar seguridad en nuestros territorios. No podemos apartar la mirada cuando sabemos que los guardacostas atacan los botes en los que se encuentran los migrantes en un intento por tocar tierra firme.