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Renae, Tim y Bella: rechazo, discriminación y violencia por ser LGTBI+

Renae, Tim y Bella: rechazo, discriminación y violencia por ser LGTBI+

En 70 países del mundo, se criminaliza la diversidad sexoafectiva. Las agresiones a les alumnes LGTBI* siguen siendo alarmantes también en España, de la misma manera que otros datos alarmantes, como las tasas de desempleo de las mujeres trans. Además, en España, los delitos de odio por LGTBIfobia son la segunda causa de delitos de odio en nuestro país, siendo la primera la xenofobia y el racismo.

Desde el grupo LGTBI+ de la Fundación la Merced Migraciones, de Migrantes, solicitantes de protección internacional y refugiades LGTBI+ queremos homenajear la resistencia de quienes hacemos frente a la LGTBIfobia, contando nuestras historias y denunciando las violencias vividas en nuestros países de origen, así como en España, donde además también tenemos que enfrentarnos al racismo y la xenofobia.

Después de la historia de Camila, y los casos de Maya, Prince y Gabriel, hoy te presentamos a René, Tim y Bella. También, en sus países, e incluso en sus familias, han experimentado el rechazo, la discriminación y la violencia por, como nos cuenta, Rene, querer vivir «sin ser invisible».

“Vivíamos escondidas bajo tierra, nos perseguían como a animales salvajes”

Renae, 29 años, mujer trans, Jamaica

Desde que era pequeña y fui creciendo, supe que era diferente, a los 6 años recuerdo que mi madre me dejó con mi padre y se fue. Mi padre y su familia me maltrataron y agredieron desde pequeña por jugar a las muñecas. Me repudiaban, diciéndome que nunca pertenecería a su familia. Tenía que mantener la boca cerrada porque era alguien joven, afeminado y extravagante. Una vez escuché decir a mi padre que si su hijo era gay lo mataría pagaría a alguien para que lo hiciese.

Todo empeoró a los 16 años, antes de graduarme, cuando encontraron unos mensajes de texto. Tras varios intentos de suicidio, decidí escaparme y comencé a vivir en las calles y en las alcantarillas, donde yo y otras trans y miembros de la comunidad LGTBI+ luchábamos por la supervivencia ante la falta de empleo y la violencia.

Vivíamos escondidas bajo tierra. Si nos veían, nos perseguían como a animales salvajes, atacándonos con pistolas, machetes y palos.

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También creamos una comunidad donde ayudábamos y dábamos comida a otros miembros de la comunidad LGTBI+ más jóvenes que habían sido expulsados de sus casas.

En España, busco un refugio donde no haya violencia y poder formar parte de una sociedad donde la comunidad LGTBI* viva sin el temor de ser asesinada o torturada. Quiero vivir en un lugar donde cualquiera de nuestra comunidad pueda convertirse en quien quiera, sin ser invisible, pudiendo tener las mismas oportunidades en la vida que el resto».

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“Me pidieron que diera la baja voluntaria de un padre, que no quería que uno de ‘estos’ enseñara a su crío”

Tim, 23 años, no binaria, Rusia

«Me llamo Tim, soy solicitante de protección internacional de Rusia. Os querría comentar un pelín de la situación en la que se encuentra la comunidad LGTBI+ en mi país. Tengo que contaros que Rusia no solía ser tan homófoba. No es que la gente estuviera de acuerdo con nuestra comunidad, pero sí había otra actitud mucho mejor. Recuerdo que, en el principio de este siglo, incluso había un grupo musical ruso de dos chicas que tenían imagen de ser lesbianas (T.A.T.U.), aunque creo que no lo eran.

Personalmente, creo que hubo un giro dramático en nuestras vidas cuando en el año 2013 entró en vigor la ley contra la propaganda homosexual. Lo más difícil de esta ley es que los límites de qué considerar propaganda son borrosos y de aquí vienen muchos conflictos y problemas.

Por ejemplo, yo tengo pendientes con arcoíris. ¿Es propaganda? Para la policía rusa sí que lo es. Se cree que algún niñe verá este arcoíris y se va a convertir en homosexual. Sí, ¡allí parece que nos convertimos gay así!

También se piensa que un profesor homosexual no puede enseñar a los peques porque ser gay es automáticamente ser pedófilo. Sin excepciones. A mí me pidieron que diera la baja voluntaria de la academia donde trabajaba porque un padre se quejó, porque no quería que uno de ‘estos’ enseñara a su crío.

Incluso si no eres gay, pero lo pareces (tienes “pluma” por ejemplo), te pueden juzgar, echar del trabajo o pegar. Machismo y homosexualidad son buenos amigos también en mi país.

No hace falta que os cuente sobre el matrimonio gay o las parejas homoparentales que quieren adoptar cuando todavía es muy común en Rusia que un chico gay y una chica lesbiana se casen para dar una imagen de una familia ‘normal’ y protegerse.

Yo creo que todo esto pasa por un bajo nivel de conocimiento sobre la diversidad y mucha información de los medios de comunicación que suelen contar otra verdad y afecta a los prejuicios que tenemos. Por ejemplo, se cree que, en otros países europeos, donde el colectivo LGTBI+ tiene más derechos, somos malvados sodomitas que vamos a convertir a sus hijos heterosexuales al lado oscuro».

Bella, Jamaica

«Vivir en Jamaica como una mujer trans no fue fácil para mí. Me enfrenté a una constante intimidación en mi hogar, comunidad y especialmente en la escuela. Los estudiantes de mi escuela secundaria me despreciaban y no me hablaban. Incluso, los maestros me prestaban menos atención. Me han atacado, física y verbalmente, durante toda la etapa educativa. Tuve que dejar mis estudios universitarios porque, desde que descubrieron que era una mujer trans, la universidad tampoco era un lugar seguro para mí.

En mi país, si tu familia es consciente de su sexualidad, las cosas pueden ponerse muy difíciles en casa. Me echaron a la calle y tuve que mudarme a una ciudad diferente y comenzar sola de nuevo, muy joven y sin el apoyo de mi familia. He tenido que mudarme desde diferentes ciudades de mi país, escapando de la homofobia y la transfobia, recibiendo ataques y agresiones, viendo cómo mi comunidad era maltrataba a cada sitio que iba. Me han robado, golpeado y amenazado en múltiples ocasiones. La policía no se involucra en cuanto saben que te han atacado por ser miembro del colectivo LGTBI+. Mientras tanto, he visto cómo, cada año, mis amistades eran asesinadas de las más crueles formas.

“Desde el momento en el que decidimos asumir nuestra sexualidad, estamos en peligro”

Kristóf-Hölvényi_JRS-princ / SJM

No tuve más remedio que mudarme a España, donde es más abierto y aceptable conseguir un trabajo y una educación, donde puedo vestirme como quiera y ser quien soy. Pienso que las organizaciones LGBTI* en Jamaica no son de ninguna ayuda. Tienen que ser respetadas y reconocidas para que puedan apoyarnos. Todos somos humanos y necesitamos amor y aceptación, también la comunidad LGBTI+».

Welcome Diversity, combatir la LGTBIfobia con formación

«Welcome diversity» es un material de información y sensibilización para personas migrantes y para toda la sociedad sobre la diversidad sexogenérica subvencionado por la Consejería de Políticas Sociales y Familia de la Comunidad Autónoma de Madrid, como parte del Proyecto de atención a personas migrantes y solicitantes de asilo y refugio LGTBI+ de la Fundación La Merced Migraciones (FLMM).

Este díptico ilustrado está disponible en cuatro idiomas y puedes acceder para descargarlo o difundirlo a continuación.

Las fotografías que ilustran estas historias no se corresponden con sus proyagonistas reales. Son parte de la exposición «Orgullo de Valientes» de la Fundación La Merced Migraciones, que puedes visitar en este enlace.

WELCOME DIVERSITY

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